miércoles, 5 de octubre de 2011

Dia de muertos


Hola....espero y la información de este blog sea de su agrado y les sirva en algo...
El propósito de este blog es dar información a todos sobre una de las tantas tradiciones que tiene México...





Origen del día de muertos

Sin duda alguna la celebración del día de muertos en México, es una de las fiestas más importantes en muchas comunidades indígenas y mestizas, sin embargo, no se trata de una fiesta con rasgos netamente prehispánicos, sino por el contrario, es la fusión de dos tradiciones: la indígena y la española. Es en sí, es una mezcla de elementos culturales, misma que da por resultado una de las fiestas mexicanas que más trascendencia tiene, con un toque característico que la diferencia de cada comunidad.
Los días en que se lleva a cabo la celebración no son para todos los pueblos el 1 y 2 de noviembre, como lo marca el calendario católico; pues muchos grupos indígenas comienzan la conmemoración a sus familiares fallecidos desde el 28 de octubre y la terminan el 3 de noviembre.
Como ya se mencionó, ésta festividad tiene dos raíces, la prehispánica y la española y para tener claro los elementos de una y otra cultura que a la fecha se presentan en las celebraciones hechas a los muertos en diversas regiones del país, es conveniente hablar un poco de las tradiciones prehispánicas dedicadas al culto a los muertos y de la influencia española que éstas recibieron a raíz de la Conquista.


¿Qué es el día de muertos?

Dentro de la cosmovisión que tenían los antiguos nahuas de los diversos fenómenos naturales, vida y muerte eran temas de gran importancia; así, en este sentido, la muerte era concebida como una transición entre la vida en la tierra y una nueva vida en el más allí, en compañía de los Dioses.Para los antiguos mexicanos la oposición entre la muerte y la vida no era tan absoluta como para nosotros. Y a la inversa. La muerte no era el fin natural de la vida, sino fase de un ciclo infinito. Vida, muerte y resurrección eran estadios de un proceso cósmico, que se repetía insaciable.En este contexto, se puede apreciar la idea de que el hombre era un intermediario entre el cielo y la tierra y el responsable de la conservación del cosmos, cuya misión radicaba en perpetuar la creación. La vida no tenía función más alta que desembocar en la muerte, su contrario y complemento; y la muerte a su vez, no era un fin en sí; el hombre alimentaba con su muerte la voracidad de su vida insatisfecha...



El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con "la Catrina", personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.
La muerte es un símbolo emblemático que ha causado admiración, temor e incertidumbre al ser humano a través de la historia. Por muchos años, en diversas culturas se han generado creencias en torno a la muerte que han logrado desarrollar toda una serie de ritos y tradiciones ya sea para venerarla, honrarla, espantarla e incluso para burlarse de ella. México es un país rico en cultura y tradiciones; uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la concepción que se tiene sobre la muerte y todas las tradiciones y creencias que giran en torno a ella.

Simbolismo

A continuación les muestro información sobre los símbolos u objetos que utilizamos en el día de muertos........
  • Las Calaveras de dulce, tienen escritos el nombre del difunto (o en algunos casos de personas vivas, en forma de broma modesta que no ofende en particular al aludido) en la frente, son consumidas por parientes o amigos.
  • El Pan de muerto. Platillo especial del Día de Muertos. Es un panecillo dulce que se hornea en diferentes figuras, desde simples formas redondas hasta cráneos, adornado con figuras del mismo pan en forma de hueso y se espolvorea con azúcar.
  • Las Flores. Durante el período del 1 al 2 de noviembre las familias normalmente limpian y decoran las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas, girasoles, entre otras, pero principalmente de Cempaxóchitl, las cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos. Casi todos los panteones son visitados.
  • La Ofrenda y la visita de las almas. Se cree que las almas de los niños regresan de visita el día primero de noviembre, y las almas de los adultos regresan el día 2. En el caso de que no se pueda visitar la tumba, ya sea por que ya no existe la tumba del difunto, o porque la familia está muy lejos para ir a visitarla, también se elaboran detallados altares en las casas, donde se ponen las ofrendas, que pueden ser platillos de comida, el pan de muerto, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto se coloca junto a retratos de los difuntos rodeados de veladoras.
Ofrenda de muertos

Los materiales comúnmente utilizados para hacer una ofrenda de muertos para el Día de Muertos tiene un significado, y son entre otros los siguientes:
  • Retrato de la persona recordada: El retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre.
  • Pintura o cromo de las Ánimas del Purgatorio: La imagen de las ánimas del purgatorio sirve para pedir la salida del purgatorio del alma del difunto por si acaso se encontrara ahí.
  • Doce cirios: Aunque pueden ser menos, tienen que ser en pares, y preferiblemente de color morado, con coronas y flores de cera. Los cirios, sobre todo si son morados, son señal de duelo. Los cuatro cirios en cruz representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa aparte de agua y sal.
  • Flor de cempasúchil (o flor de cuatrocientos pétalos): Su color representa la luz como los rayos del sol y al regarla en forma de camino se le indica a las almas el rumbo por el cual se le guía a casa.
  • Cruz de tierra: Para recordarle su fe, ya que el Miércoles de Ceniza se le dice la frase: "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás", con lo que se le recuerda que regresa a la tierra de la que salió.
  • Calabaza en tacha: Este fruto ocupa un lugar privilegiado tanto en la cocina tradicional prehispánica como en la actual. Es parte de la tetralogía alimenticia del país, al lado del maíz, el frijol y el chile. De ella se aprovecha todo: tallos, guías, flores, frutos y semillas. En el altar se prepara como dulce: cocida con azúcar, canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar o con otros ingredientes, según el gusto de quien cocine. El dulce cristalizado se llama calabazate. La preparación de la calabaza en tacha consiste en introducir dicho fruto en un cesto de palma que se confita en las calderas donde se fabrica el azúcar. Esta es la forma tradicional, pues en las antiguas máquinas de los ingenios se hacía la concentración del guarano o jugo de caña en dos calderas cónicas, colocadas sobre un solo horno (la mancuerna); una de las calderas era la malera, y la otra la tacha. En la actualidad se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente llamada también tacha para bendecir las casas.









De todo un poco.....
Según la creencia de la civilización mexicana antigua, cuando el individuo muere su espíritu continúa viviendo en Mictlán, lugar de residencia de las almas que han dejado la vida terrenal. Dioses benevolentes crearon este recinto ideal que nada tiene de tenebroso y es más bien tranquilo y agradable, donde las almas reposan plácidamente hasta el día, designado por la costumbre, en que retornan a sus antiguos hogares para visitar a sus parientes. Aunque durante esa visita no se ven entre sí, mutuamente ellos se sienten.





El calendario ritual señala dos ocasiones para la llegada de los muertos. Cada una de ellas es una fiesta de alegría y evocación. Llanto o dolor no existen, pues no es motivo de tristeza la visita cordial de los difuntos. La exagerada hospitalidad de los mexicanos es proverbial. Ésta se manifiesta a la menor provocación, aún más si los visitantes son sus parientes ya fallecidos. Hay quedeleitarlos y dejarlos satisfechos con todo aquello que es de su mayor agrado y asombro: la comida.



Desde remotas épocas hasta la actualidad, el “banquete mortuorio”, resplandece en todas las moradas nacionales, desde los humildes jacales o casas rústicas, hasta los palacios y mansiones.

La comida ritual se efectúa en un ambiente regiamente aderezado en el que vivos y muertos se hacen compañía.

Cada pueblo y región ofrece variados diseños e ideas para este evento, pero todos con la misma finalidad: recibir y alimentar a los invitados, y convivir (o tal vez “conmorir”), con ellos”.



Dia de muertos en Hidalgo!!!

La fiesta de muertos en la huasteca hidalguense (Xantolo), sorprende por su colorido a través de los años. En Macustepetla, Huautla, Coatlila, Huazalingo, Huejutla y Atlapexco, la celebración es sagrada.

El Xantolo, la fiesta del día de muertos en Hidalgo La fiesta de muertos en la huasteca hidalguense (Xantolo), sorprende por su colorido a través de los años. En Macustepetla, Huautla, Coatlila, Huazalingo, Huejutla y Atlapexco, la celebración es sagrada.
Éstas son las impresiones de un (malogrado) viajero enamorado de la luz, el sabor de la comida, la música y los panteones de esta zona.
Uno nunca la espera tan pronto. Siempre es sorpresiva. Pero ahí está, acechando, seduciendo, llamando, escondiéndose detrás de las apariencias, y mostrándose disfrazada en las múltiples máscaras sonrientes que enseñan y ocultan, como las que se pone uno para bailar en los días de fiesta.
Una tarde me tomo desprevenido, justo cuando estaba entretenido en desordenar la rutina; distraído. Siempre sucede lo mismo cuando ocurre cosas importantes: a uno lo pillan;como cuando te enamoras que te rodea de golpe una luz vibrante y sopla un viento vigoroso, y no puedes dejar de verlo y sientes como te rechinan los cimientos... y empiezas a vivir de otra manera: empiezas a vivir y a morir.
Mi error fue no reconocerla a tiempo. Te atrae y te rechaza, te sonríe y te cachondea el alma. Ya estás perdido, no podrás evitarla: empiezas a morir y a vivir.
En ese momento recordé las ocasiones en que vi la luna ponerse tras las montañas, las noche que me abandoné a la plenitud suprema, los días que gozé hasta el limite un plato bien servido y sabroso... ¿ Logré robarle a la vida sus placeres?
Son regalos divididos que se ofrecen ocasionalmente, y fue lo único que pude empacar para el cambio de domicilio, con la esperanza de que no fuera alta la tarifa por exceso de equipaje.
Cuando llegó ese momento tuve la visión de escoger el lugar adecuado:
Tianguistengo, cerca de Tlahuelompa, la capital de las campanas. Fue un acierto el insistir. En lo alto de una montañade la Huasteca hidalguense, frontera indescifrable con la sierra, en la cima de un nudo volcánico donde el tiempo es húmedo, fresco, con el roció en las alas de los insectos. En ese cementerio multicolor desde el que, en los días claros y luminosos, se pueden ver a un costado las montañas con nieve, y cuando me atrevo a mirar al cielo lo tengo más cerca u eso me permite volar y flotar de vez en cuando.
Tengo una ventaja extra. Cada trece lunas llegan danzantes un poco atolondrados pero siempre respetuosos a despertarme para cruzar al otro lado. La nostalgia es canija.
Las mujeres hilan flores para colgarlas junta al papel picado, preparan la comida para servirla en ollitas de barro recién cocidas, adornan los altares con frutas tropicales y prenden las velas y el copal.
Preparan la fiesta con esmero. Reciben primero a los chiquitos, a los angelitos y les dan solo tamales de ajonjolí y dulces mientras les cantan las mañanitas: “...hoy por ser día de los muertos te las cantamos así...”.
Después llegamos a los mayores puntualmente. El camino fosforescente está tapizado de hojas amarillas de cempasuchil, de tal manera que uno no se extravíe... la memoria se debilita y necesita de referencias que la refresquen.Además, la vista empieza a dejar de deslumbrarse con la luz... uno camina, flota, siguiendo el brillo polar, el reflejo de siete colores pandeados a punto de desvanecerse, la luz plateada de los sueños y fantasías y la transparencia de la lluvia cuando es fina y no se siente.
Hay otro gran auxilio: las voces que cantan sin temor las melodías que penetran suavemente con la alegría y tesón.
¡Que placer escucharlas! Es cuando uno empieza a flaquear con la nostalgia.
Voces seductoras que uno finalmente no acaba de olvidar. ¿Para que? ¿Por qué tendría que hacerlo?, son del pasado, son carnales, son insistentes, son bocanadas de otra vida. La música es irresistible, la banda de metales y tambores que llaman y llaman y acaban por prender... la fiesta esta preparada y es un gozo acudir con los otros, los que se han quedado sin sentirlo.
Regresar y comer esos tamales, esos inmensos, gloriosos, voluptuosos tamales (zacahuil), acompañados de chocolate con agua. Y después unos tragos de sotol o pulque... y meterse en la fiesta, ver el recuerdo de facciones casi desconocidas, hurgar en eso que llamaba amor y dejar que las sombras de las nubes tracen por momentos los rasgos verdaderos sobre esa máscara inmutables, los accidentes del viento que danzan disfrazados y no paran hasta el día de San Andrés, a finales de noviembre.
Cuando acabamos agotados por el baile, la danza, la música que hipnotiza, y las ollas de comida que empiezan a aparecer con menos frecuencia, la charla empieza a navegar por causes mas rápidos y traicioneros, aunque más excitantes y traicioneros, aunque más excitantes y sorpresivos. Me preguntan con frecuencia y de soslayo ¿Y, como es la vida aquí tan cerca de Dios y tan lejos aún de los gringos? Es un tiempo continuo, sincronizado y armónico con la sonrisa de los niños y con la mirada de los chamanes. Es una espiral hacia fuera, amplia, vasta; una visión panorámica sobre la selva tropical, los ríos, las grutas, las antenas de los insectos y las orejas de las liebres.
Es una delicia platicar sin prisa y sobresaltos mayores del sabor de la tierra, del color de la penumbra, del eco sordo de las pisadas del ganado, de los anhelos jóvenes y desbocados, viejos y claridosos. Volver y nunca acabar de sorprenderse de las resquebrajaduras, crujidos y sopetones que esconden las arrugas y cicatrices... como la tierra que no se empapa de cuando en vez.

Lamentablemente en nuestro pais y en otros paises hemos confundido el dia de muertos como "Noche de brujas" o "Halloween"
Ayudemos a que no se pierda esta tradición en nuestro país y que no se mal interprete el significado de esta celebración.

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